Creo que todos los niños, independientemente de las circunstancias en las que nazcan, tienen mentes animadas. Como afirma Lilian Katz, "los desafíos intelectuales que enfrentan muchos niños para hacer frente a entornos precarios probablemente sean sustanciales y, a menudo, complejos". All Five se abrió con esa premisa hace cinco años, el 1 de septiembre de 2015. Desde entonces, se han reunido aquí niños de todo tipo. En todos y cada uno de los casos, estos niños traen consigo todo su ser: sus curiosidades, su impulso, sus miedos, su conciencia de sí mismos, sus percepciones de los demás y su creciente sentido del mundo. Cada uno de ellos me ha enseñado algo: a ser más consciente de los diferentes enfoques de los errores, a apreciar las soluciones "listas para usar" a los conflictos, a aprovechar el deseo de contribuciones significativas, a escuchar diferentes tipos de música, a incluir flores de manzano en mi idea de "nieve".
Cada niño ha traído consigo una familia: familias con tradiciones de Michigan y East Palo Alto, de Egipto y Guatemala, de China y Filipinas. Cada uno me ha recordado que la crianza exitosa de los niños tiene posibilidades aún más amplias de las que imagino. Son una fuente de admiración por todo lo que hacen como padres y como personas que navegan por este mundo. Los maestros que he tenido el privilegio de guiar durante los últimos cinco años también han traído consigo dones de humor, sensibilidad, amabilidad, perspectiva y diferentes formas de ver a cualquier niño o práctica docente. Incluso aquellos que solo se quedaron por poco tiempo han dejado su huella. Otros miembros del personal han parecido caer del cielo en el momento adecuado con la habilidad adecuada. Por supuesto, nadie imaginó que 2020 traería una pandemia que colisionaría con desastres ambientales. Hoy, todos nos enfrentamos a entornos y desafíos sustanciales. Aún así, esas "mentes animadas" persisten. Son nuestra esperanza para el futuro.
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